Dónde consultar el Tarot

Uno no puede pretender obtener una respuesta coherente si se echan las cartas en un lugar ruidoso, público, o allí donde se ha producido un suceso violento, puesto que ese tipo de vibraciones permanecen en el ambiente durante cierto tiempo (y las cartas lo van a ‘‘captar’’). Tanto el lector, el consultante, como el aire que se respira, han de ser de entera tranquilidad y libres de interferencias puesto que sólo así habrá concentración y la mente no se dispersará en pensamientos ajenos a la cuestión.

Lo ideal es extender las cartas sobre una superficie plana, de madera de pino y, si es posible, sin barnizar; pero, si es difícil lograr esos elementos es suficiente con hacer la lectura con las cartas extendidas sobre el mismo paño en las que se guardan (por lo que se recomienda que el mismo sea lo suficientemente grande como para que quepan las tiradas con muchas cartas).

Antes de que el consultante toque las cartas, se le debe hacer notar que el Tarot no es un juego, y que es necesaria una buena concentración, mucha seriedad y profunda sinceridad. Después, se le debe invitar a opinar sobre qué es lo que espera recibir de las cartas, así como sobre los problemas más importantes que le han llevado hasta la consulta (cuando uno va al médico no se queda callado, sino que trata de explicar sus síntomas para así poder llegar a un buen diagnóstico). De esta forma, las cartas irán ‘‘captando’’ el ambiente reinante en el entorno y, además, el ‘‘tarotista’’ sabrá cuál es la combinación más conveniente a la pregunta planteada.

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