Barajeado y corte de las cartas de Tarot

Lo primero de todo es que ambos, lector y consultante, se concentren en una cuestión y, después, el primero le pasará el mazo al segundo.

Para que las cartas se impregnen bien con el magnetismo del consultante, éste ha de barajarlas sobre la mesa, tocándolas con las palmas de la mano y haciendo círculos en el sentido de las agujas del reloj. Después las recogerá en un solo montón y las cortará en tres partes. Esta operación se hace tres veces de la misma manera y, por supuesto, siempre con las cartas hacia abajo.

Una vez hecho lo anterior, el consultante entrega las cartas al lector y ya no las tocará más, a no ser que se decida a hacer otra lectura como complemento a las cuestiones planteadas.

Es importante que el lector esté situado mirando hacia el norte y el consultante hacia el sur, siendo así sus respectivas posiciones de positiva o activa, y de negativa o pasiva. Las cartas adoptan la posición del ‘‘tarotista’’, es decir, que se dice que están al derecho cuando éste las ve, en tal posición y viceversa.

La elección de la combinación dependerá de la pregunta del consultante. Y como la experiencia viene de la práctica, pasamos a explicar una tirada que, aun siendo extremadamente sencilla, es muy valiosa para obtener una rápida y eficaz respuesta.